Chema el panadero

De: La Frikipedia, la enciclopedia extremadamente seria.

Este artículo fue ganador del V Premio de Adopción, así que siéntate y disfrútalo.


De la serie grandes personajes:

Chema el panadero
Chema-panadero.jpg

Chema, el temible panadero del Apocalipsis
Nacimiento Los gloriosos 50
Muerte 2008 (pa tu culo un nabo tocho)
Ocupación ¿Panadero?
Nacionalidad Sesamense
Malo o bueno Decide por ti mismo
Atentados contra la humanidad Superchufitrocos y mocafrutimelos
Religión Satanista Católico
Notas ¿Qué turbio secreto se esconde tras esta pizpireta apariencia?


Chema el panadero era un entrañable personaje de Barrio Sésamo que se ganó el corazón de todos los telespectadores. Su desaparición no dejó incólume a nadie que lo hubiera conocido en acción. Pero su pasado escondía un secreto turbio...

Contenido

Barrio Sésamo

Para los que no lo vivieron, es difícil saber por qué Jim Henson manejaba algunos de los muñecos, y entre medias ponían un rollo patatero de actores españoles. Fue en esos sainetes absurdos de relleno donde Chema triunfó.

La época

A Chema le tocó vivir una época dura.

Corrían los años 70. La familia Cooper triunfaba en las tiendas de música; los jipis invadían las carreteras, y las drogas hacían estragos entre la juventud, que empezaba por un porro y terminaba pinchándose Avecrem. Los niños veían cómo sus padres vendían sus propios órganos a cambio de un tirito de coca, y eso cuando no los vendían a ellos. Sólo una aldea de irreductibles niños mantenía la ilusión entre la infancia. Era Barrio Sésamo, un programa donde todo era alegría e ilusión.

La Panadería

Chema demostrando sus dotes de bailarín.

El centro del barrio era, sin duda, la panadería de Chema. Era el amigo que todos querríamos tener de pequeños: cantaba, bailaba, decía cosas graciosas y además invitaba a hipercalóricos superchufitrocos y mocafrutimelos, que los niños consumían con avidez. ¿Quién no quiso tener cerca a un panadero como Chema? Además, siempre había excusa para una visita: que si Mamá nos encargó una barra, que si Papá quería unos caramelos, que si la abuelita encargaba una tarta, que si el primito quería unos pastelillos de hashish crema...

Pero Chema no estaba solo en el barrio.

Amigos

Chema con sus amigos.

Chema, como alma del barrio, tenía muchos amigos. Don Pimpón y Espinete, lamentables espantajos de trapo con una persona dentro, eran los más conocidos. Y había otros. Julián el quiosquero también repartía alegría entre los más pequeños; Ana la estudiante les enseñaba cosas interesantes; y por supuesto los propios niños, alegría de cualquier barrio.

Había tres enanos: dos ineptos llorones y Ruth, la traviesa. A esta niña le esperaban grandes triunfos en el mundo del cine, como pronto veremos.

Carisma

Sin duda, el personaje más carismático de la serie era Chema. Sus eternas ganas de cantar (sin respetar los horarios de descanso impuestos por el ayuntamiento), su alegría distribuyendo bollos (pasándose las normas de Sanidad por los cojones) y pasteles (llegando a darle matarile a algún celíaco / diabético) le llevaron a ganarse el corazón de los más pequeños. Todo esto hace de Chema uno de los personajes más carismáticos, humanos y entrañables de Barrio Sésamo, y sin el cual no podríamos comprender la idiosincrasia de este barrio.

Teorías sobre Chema

Sin embargo, había una serpiente agazapada en este paraíso: algo nos hace pensar que Chema tenía un pasado (y quizás un presente) tenebroso... Pues bien, según los estudios póstumos, ¡teníamos todos razón! Pero, ¿cuál era este pasado? Los estudiosos no se ponen de acuerdo sobre las auténticas perversiones que hacían que Chema el panadero intentara ganarse a los niños del barrio; de todas formas, parece claro que algo hay en estas especulaciones.

Se exponen a continuación los resultados de estas investigaciones, para que la posteridad pueda juzgar a nuestro amigo como se merece.

Chema el politoxicómano

Modernas investigaciones han llevado a usar GIMP descaradamente sobre Chema.

El uso de modernas técnicas ha permitido a los investigadores ampliar fotos de archivo, descubriendo así sorprendentes detalles. Por ejemplo, en la presentación del programa Chema lleva una auténtica chutosa (jeringuilla hipodérmica), sin venir a cuento porque no se sabe que usara insulina. Además, vivir rodeado de los carbohidratos refinados de sus pasteles no parece muy apropiado para un diabético. ¿Qué contenía pues la jeringuilla?

Sin duda se trata de la peligrosa drogaína inyectable directamente en vena y que produce efectos narcóticos y estupefacientes en todos los consumidores. Caballo, en una palabra.

El análisis espectrográfico de algunos cabellos rubios dejados en el interior de Espinete (seguramente mientras se timaba con su ocupante de entonces) ha dado también sus frutos, y son espeluznantes. Chema también consumía farlopa, pastis, bonguis, y cualquier sustancia estupefaciente que cayera en sus manos. Todo esto nos dibuja el perfil de un politoxicómano peligroso. En resumen, Chema se esnifaba hasta la raya de la carretera.

Chema el camello

Barrio Sésamo, ¿centro de distribución de droga?

En este punto, la honradez profesional nos hace seguir adelante, pese a que todos nuestros instintos nos digan: "¡Para, detente, loco, no sigas!". ¿Es posible que, pese a tener que devolver placa y pistola, sigamos investigando? ¡Ya te digo!

Arduas investigaciones en los anales de RTVE, la Biblioteca Nacional, el Archivo de Indias y los descampados de Carabanchel han llevado a descubrir otro de los lados oscuros de Chema: durante un tiempo trabajó como becario en prácticas en el negocio de alquiler de tiendas de campaña de Poli Díaz. Tirando del hilo, la trama nos lleva directamente a su panadería: la "harina" que supuestamente usaba para hacer pasteles no es otra cosa que droga de la más pura. Y su aparición en grandes cantidades apunta no ya al consumo, sino a la distribución. Barrio Sésamo estaba saturada de caballo, que se cultivaba en Tailandia, circulaba a través de Calcuta y de Turquía, y llegaba al barrio probablemente oculta en los gigantescos pantalones de Don Pimpón. La hipótesis de la conexión panadera va cobrando fuerzas.

Los testimonios de una serie de niños ex-Barrio Sésamos confirman la terrible verdad: llevados ante el Gran Jurado, confesaron haber consumido drogas exóticas en la trastienda de la panadería. Según parece, Chema distribuía su mercancía a los más pequeños con ayuda de Julián el quiosquero. Su modus operandi consistía en camuflar las sustancias tóxicas en productos de uso común, como los superchufitrocos y los mocafrutimelos que los niños consumían alegremente, produciéndoles la adicción necesaria para garantizar su consumo. Chema les llevó a ser drogadizos.

Chema el pedófilo macarra

Niños declarando contra Chema el panadero.

Esta tercera teoría parece aún más descabellada. ¿Cómo pudo Chema abusar de tan tiernas criaturas? Sin embargo, durante los testimonios ante el Gran Jurado aparecieron hechos mucho más espeluznantes: durante el ávido consumo de los superchufitrocos, Chema abusaba de ellos y les palpaba las piernecitas con sus dedos sarmentosos de politoxicómano. Y los mocafrutimelos no eran, como los padres pensaban, simples bollos industriales; se trataba de una práctica sexual repugnante que el decoro nos impide traer a colación.

Baste decir que todo niño que llegaba al barrio pasaba por taquilla, o si no, no había pasteles. Ni (una vez iniciados en el consumo) droga de la buena.

Chema el trapófilo

Investigaciones modernas en la revista "Gaceta del Taxi" han descubierto que Chema llegó a casarse con la actriz que hacía de Espinete, Concha Goyanes. Esta interesante revelación nos trae otra faceta oscura del actor. La psiquiatría moderna identifica su enfermedad como trapofilia: trastorno psicosexual en el que se observa una inclinación sexual hacia los muñecos de trapo.

Es sorprendente que Don Pimpón saliera indemne, estando tan cerca de este peligroso trapófilo. Esta flagrante omisión sólo se puede explicar debido a que los excesos de la droga y de la pedofilia dejaban a Chema agotado. De ahí que sólo pudiera desfogar su perversión con la más débil, en este caso Espinete. Don Pimpón se resistiría durante muchos años, hasta que dejó el traje de felpa y se reconvirtió al crimen, como veremos más abajo.

Chema el Proxeneta

Ruth quedó traumatizada por Chema.

No contento con su carrera como pedófilo, Chema intentó otros vehículos para su maldad. Para empezar vendió el cuerpo de Espinete a cualquiera que pasara por el plató con mil duros. En un momento dado llegó a sacar a su mujer del traje para conseguir doblar los ingresos, ya que por un lado prostituía a su mujer y por otro alquilaba el traje a pervertidos. Sus maldades parecían no tener fin.

No contento con esta hazaña, Chema vendió el cuerpo de la pequeña Ruth en un ejemplo lamentable de proxenetismo. También intentó vender a los otros niños, pero nadie los quería ni para tomar por el culo y por suerte quedaron intactos.

Espinete terminó dándose a la bebida, por culpa de los excesos de Chema el panadero.

¿Cómo afectó esto a su relación con Espinete / Concha Goyanes? Muy malamente, la verdad. El otrora simpático erizo se dio a la bebida, dejando abandonados a sus ericitos y acabando con sus aspiraciones a empresaria de espectáculos de altos vuelos. ¿Es cierto que Espinete vendió su ojo derecho por un trago en una taberna de mala muerte de Melbourne? Lo dejaremos a la imaginación del buen lector.

Lo innegable es que Ruth Gabriel siguió una enloquecedora carrera de destape que terminó con una aventura con un etarra y el consiguiente Goya.

Chema el Sindicalista Mafioso

Don Pimpón, el mejor amigo de Chema, era un peligroso sindicalista.

Ninguno de los amigos de Chema ha acabado bien. ¿Es esto casualidad? Ciertas pistas alientan la sospecha de que Chema era, en realidad, jefe del Sindicato y por extensión de la Mafia. Esto explicaría por qué Ruth se desnudó delante de un etarra, Ana la estudiante terminó regentando una casa de mala nota (vulgo puticlús), y Julián el quiosquero apareció desmembrado en 215 bolsas de basura.

Pero esta afición por el anarco-sindicalismo no le vino de la noche al día. Don Pimpón ya tenía peligrosas tendencias rojeriles, y se dice que incluso votó a Carrillo durante la transición. Por si fuera poco, Ana participó en innúmeras manifestaciones contra la policía (los famosos cien metros grises), y Julián repartía panfletos incendiarios mal impresos desde su puesto privilegiado. Sin embargo, con la llegada de la democracia todo este tinglado se vino abajo, al igual que poco después caería el Muro de Berlín.

Chema, manejando el cotarro.

Fue en ese punto que los peligrosos amigos de Chema decidieron reorientar su Sindicato hacia el crimen. No en vano Don Pimpón ya había sido fichado por la policía italiana varias veces, como Don Pimpone, lo que explica su aparentemente absurdo sobrenombre. Y fue entonces cuando los turbios negocios de Chema llegaron a su culminación: puesto que ya controlaba las drogas y la prostitución del barrio, sólo tuvo que montar una empresa de tragaperras para entrar en el mundo del juego. Ésta era en realidad una tapadera que ocultaba varias timbas de julepe, con las que por fin el juego clandestino fue suyo. Nuestro anti-héroe no paró hasta extender su dominio a todas las ramas del vicio, y se convirtió en el lugarteniente de Don Pimpone, mientras que Julián ocupó el puesto de capitán y Ana se convirtió en la madama de lujo del clan.

Nadie fue capaz de poner límite a las fechorías de estos desalmados durante varias décadas. Al final, llevados de su propia soberbia, se plantearon atracar el Archivo Parroquial de Simancas; este fue su Waterloo. El fracaso fue estrepitoso y la captura fue fulgurante, en medio de una fuga espectacular sobre bicicletas BH. Don Pimpón fue condenado a trabajos sociales durante 480 años y un día, y Julián tuvo que entregar su imprentilla Disney. El panadero se libró por un error judicial, lo que nos lleva a la pregunta del millón: ¿había alguien en las altas esferas protegiéndole?

Chema el Satanista

La cosa no acaba aquí. Según otras fuentes, Chema tenía otras aficiones como: el sadomasoquismo, la zoofilia, la necrofilia... y un largo écetera. Esto nos lleva a considerar que en realidad no fuera otra cosa que un Satanista, que mantenía relaciones carnales con el Maligno y pervertía a la juventud.

El temprano voto a Carrillo (fuerza del mal) apunta en esta dirección. Pero además, el error que le libró de 1487 años de prisión preventiva pudo no ser casualidad. Se rumorea que una trama satanista, que podía llegar hasta las más altas esferas, tuvo algo que ver. El conocido como elefante negro no ha salido nunca a la luz, sin embargo. Las siglas AG, la vicepresidencia del gobierno y las palabras "dezcamizao", "dezpashito" y "mystére" son todo lo que se conoce de este siniestro personaje. Probablemente nunca se sepa quién era este elefante negro, y quede perdido entre las brumas de la historia.

En defensa de Chema

Ustedes, como buenos ciudadanos, se preguntarán: ¿cómo es posible que desde la televisión pública se alentaran estos comportamientos? ¿Pudo un pedófilo macarra, proxeneta, trapófilo, mafioso y satanista aguantar varios años difundiendo su mensaje por las hondas ertzianas, digo por las ondas hertzianas?

En defensa de Chema, hay que decir que todas estas conjeturas no están del todo probadas. De hecho, el testimonio de los niños ante el Gran Jurado fue invalidado por defecto de forma; Don Pimpón terminó internado en un psiquiátrico, y Julián lo negaría todo más adelante. Los papeles de los múltiples juicios se perdieron durante varias huelgas de funcionarios de justicia. Incluso las relaciones pederastas y el proxenetismo, por extraño que parezca, no están probados suficientemente.

Es posible, después de todo, que Chema sólo fuera un inocente panadero. Claro que también puede ser que Don Quijote no estuviera loco, y que Peter Pan volara realmente, y que el Ratoncito Pérez exista...

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